https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR1GUmaBzOyrTwHH1BAAQYjaa6SFzmz1CXTIGhn0OVvKvBzQKrj
Una noche de tormenta
con más truenos de la cuenta,
nació la bruja Pimienta.
En un bosque tenebroso,
silencioso y horroroso;
con lobos, pero sin osos.
Era una noche sin luna,
más oscura que ninguna,
alrededor de la una.
La trajo ululando el viento.
-No es cuento, que yo no miento;
ni miento ni me lo invento.-
La dejó bajo un helecho
sin pañal, cuna ni techo,
después de volar un trecho
La bruja Maruja, en esto,
paseaba con su cesto,
su manto y su gorro puesto.
Maruja Lavía Appia
es sorda como una tapia
y tiene una buena napia.
Cogiendo unas bayas rojas
y miel para su meloja,
vio algo extraño entre las hojas
Una niña que, asombrada
de nariz tan alargada,
estalló en mil carcajadas.
Entre lluvia y espesura
vio Maruja a la criatura
y la arropó con ternura.
Pensando que, con paciencia,
con maña y con insistencia,
iba a enseñarle su ciencia.
-Haré de ella en mi vejez,
en nueve años o en diez,
una bruja de una vez.
Le dio leche de murciélago
venido del archipiélago
volando encima del piélago
Le preparó en su vasija
papilla de sabandija
y rabo de lagartija.
Puré de lagarto enano,
lenguas de rana de y rano...;
¡todo batidito a mano!
Y soñaba satisfecha
con ver, llegada la fecha,
a una bruja hecha y derecha.
Una mañana a una hora,
le dió un puñado de moras
y una escoba voladora.
Después de mucho chocar,
Pimienta aprendió a volar
en vez de bien, regular.
Volando siempre adelante,
con su vuelo trepidante
y su escoba sin volante...
... Y atropelló a tres cantantes,
a un príncipe y a su amante
y a nueve estrellas errantes.
Un día, en un periquete,
a Maruja, de paquete,
llevó de Orense a Albacete.
Otro día fue a la Luna
con una gata moruna,
sin gasolina ninguna.
De aquí para allá en el cielo,
sin vérsele mucho el pelo,
el tiempo pasó en un vuelo.
Cociendo samaramujas
le dijo la tía Maruja:
"¡Voy a hacer de ti una bruja!"
Como lo dijo lo hizo:
le enseñó tres bebedizos,
dos conjuros y un hechizo.
Tras estar quieta y atenta
fue Pimienta tan contenta
a brujear por su cuenta:
"Tres lagartos, un tritón,
dos sapos, un champiñón
y la cola de un dragón.
A las ocho o a las nueve
todo se mezcla y se mueve,
se pone apunto de nieve...
Se deja hervir un momento
y está listo el cocimiento
"Transformaré a esta serpiente
tan corriente y tan moliente
en un príncipe sonriente"
Y se convirtió la bicha
en una rana redicha
comiéndose una salchicha.
"De una lombriz miserable
haré un gran descapotable
programable y confortable."
Como no se estaba quieta,
ni coche ni bicicleta:
¡Un patinete violeta!
"pues transformaré a esta encina
en una pingüina fina
llegada de la Argentina."
Más, sin embargo y por cierto
trajo un camello cubierto
de arenita del desierto.
Hasta una punta del gorro
cogió un pequeño abejorro
para convertirlo en zorro...
Lo que salió fue una oveja,
perpleja, vieja y pelleja
con una flor en la oreja.
Y la embargo la tristeza:
"¡Qué desastre!, ¡qué torpeza!,
ni un títere con cabeza".
Dijo Maruja a su gata:
"No hay otra bruja novata
que meta tanto la pata"
Planchó tres capas y un traje
y preparó el equipaje
para hacer un largo viaje.
"Te voy a llevar mañana
al Bosque del Haya Enana
con las Tres Brujas Ancianas
Tienen la sabiduría
de siglos de brujería
de magia y de hechicería.
Y a brujas de tres naciones,
y cuatro generaciones
han dado grandes lecciones.
Tanto te van a enseñar
que para ti brujear
será coser y cantar"
Y veloces como un rayo,
en menos que canta un gallo,
llegaron el dos de mayo.
A tres brujas con verrugas,
todas llenitas de arrugas,
vieron regando lechugas.
Una verde, regordeta,
bajita como una seta,
era la bruja Aniceta.
Otra azul y larguirucha,
zanquilarga y muy flacucha
era la bruja Perucha.
Y por último Conrada,
que era una bruja morada
presumida y estirada.
Y allí la dejó la tía
para pasar unos días
en tan buena compañía.
Comentarios
Publicar un comentario